Sta que viste un rojo furioso, baila con unos auriculares por todo el salón, no me decido si el pedo es real o fingido, me falta experiencia, pollerita que muestra las ganas a ser mirada, tanto como la falta de corpiño o los gestos con la boca.
La sta de rojo encarna la tentación de manera muy poco mundana.
La sta de rojo puede ser dos mujeres, la que baila sensualmente por el placer en sí y vuelven a casa sola, o la que interpreta el bailar sensualmente como un anzuelo para completar una estrategia aún mayor.
A la sta de rojo le llegó la hora de irse a casa, se puso su campera de cuero roja, agarro el paraguas y esperando el taxi fue a darle un beso a ese chico tímido que había estado sentado en el rincón, el de anteojos y pelo enmarañado que habla poco y nada, el que ve star treck el sábado a la noche y una vez salió con una chica, pero la dejó porque ella criticó su colección de posters y muñequitos de star wars.
Él la quiere poner en el taxi, ella lo quiere a él, el le da un beso en la mejilla, ella no se resigna a la derrota y sigue intentando hasta que él la pone personalmente en el taxi.
Gracias sta de rojo, diabla tentadora, manzana de la perdición, por mostrarnos la hilacha de los mortales.
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