Perdón, reformulo
No te voy a dar la satisfacción de las ansias.
Yo ya gané, los predice la astrología, Capricornio le gana a Aries.
Ya no podré en algún otro momento ser más sincera y transparente que hoy.
Y declaro, mujer, te lo presto un par de horas, a él y a todos sus encantos, no pido siquiera que lo cuides, solo pido que lo mires bien, bien a los ojos y veas como te convertiste en una mas del montón. Y que sepas que está ahí gracias al amor primero, y luego al odio superado y a mi inmensa voluntad.
La realidad es que me debés un agradecimiento por haber alivianado a costa de mis lágrimas la bolsa de desconfianzas que le dejaste, agradecimiento por haber arreglado el desastre que dejaste, ahora no tenés que sentirte culpable, y ni te atrevas a sentir pena, ese es trabajo mío.
Las variaciones del todo ya no me afectan, y mucho menos el nombre de la L, ya no siento golpes en el pecho cuando leo obituarios. Ni tanto ni tanto que hasta soy capaz de ver todos los días el muñeco nacido en tus hábiles manos sin inmutarme.
Por último, gracias por la certeza que eventualmente vas a leer esto. Entiendo (y solo eso) tus celos, pero ¡qué pena! ese gen nunca lo tuve.
Y así como las noveladas no te gustan, voy a hacerla corta, tenelo un rato, pero después volverá a mi, por favor, no estés celosa.